“Si su vida estuviese amargada como lo está la mía, al ver día tras
día esta masacre de inocentes por una alimentación inadecuada, creo que
usted entonces sentiría, como yo siento, que la propaganda engañosa
sobre alimentación infantil debería ser castigada como la forma más
criminal de la sedición, y que estas muertes deben considerarse como un
asesinato… Cualquier persona que, por ignorancia o ligereza, lleva a que
un bebé sea alimentado con leche inadecuada, puede ser culpable de la
muerte de ese niño.’
Cicely Williams, la autora del discurso Milk and murder (‘Leche
y muerte’) era una pediatra jamaicana, la primera mujer médico en su
país. Fue una de tantas personas entregadas con pasión a su trabajo. La
descripción de la malnutrición proteico calórica severa (kwasiorkor)
durante su estancia en Ghana la arrancó del anonimato para la ciencia, y
esta conferencia que pronunció en 1939, en el Singapore Rotary Club, le
hizo un hueco en la historia para el resto de la humanidad.
El discurso constituye la primera denuncia en un foro oficial de las
agresivas prácticas de marketing de las multinacionales de alimentación
infantil. Sus estudios mostraron que la mortalidad infantil tenía una
fuerte relación con el abandono del amamantamiento y su sustitución por
leches artificiales de origen animal. Pero no lo hicieron a partir de
fríos números: lo había descubierto niño a niño, lágrima a lágrima,
muerte a muerte. Por eso sus palabras llenaron la sala y se arroparon
del silencio, de la voz de los que jamás habrían de oírla, de la voz de
los muertos. Por eso los presentes –entre ellos, el entonces presidente
de Néstlè – quedaron noqueados por la extrema dureza del tono que
utilizó.
Leer artículo completo en http://ccs.org.es/2011/09/02/leche-amarga/
No hay comentarios:
Publicar un comentario